domingo, 3 de febrero de 2013

El rugir de la pantera

Cuando era un niño comenzó a hacer guantes en un improvisado ring cerca de la playa de Canelas de su Vilaxoán natal, donde un exboxeador del pueblo, Vicente Martiñán, lo encaminó hacia el deporte de las doce cuerdas y a Felipe Rodríguez Piñeiro, el hijo de un humilde marinero, se le abrió el porvenir.

Emigró a Zaragoza y después a Madrid, en donde en 1972, con 19 años, disputó su primer combate. Gracias a su talento pronto pasó a formar parte del equipo español aficionado, con el que ganó en 1974 la medalla de plata del V Torneo Internacional de Holanda, un año después subió a lo más alto del podio en los Juegos Mediterráneos que se disputaron en Argel. Como amateur fue campeón nacional de los pesos pesados en 1974 y 1976.

Sus excelentes resultados en el campo aficionado le sirvieron para dar el salto al profesionalismo. Lo hizo en 1977, en concreto el 13 de mayo, cuando derrotó a Francisco López Barrilado. Era un debut perfecto. Su carrera cogió un impulso considerable y comenzó a ser un referente. La oportunidad de hacer guantes por el cinturón nacional de los pesados le llegó un año después.

El nombre de ‘Pantera’ Rodríguez estará siempre unido al de Pontevedra porque fue donde más veces peleó y donde era un verdadero fenómeno de masas. En aquella época las veladas de boxeo eran auténticos acontecimientos. El Pabellón Municipal se quedaba pequeño, especialmente cuando peleaba el púgil de Vilaxoán. Fue donde más combates disputó, poniendo en juego cuatro veces el Campeonato de España, frente a Alfredo Evangelista, Avenamar Peralta y Fermín Hernández. También se subió al ring en la plaza de toros, que fue escenario de alguno de sus momentos estelares.

El 1 de abril de 1978 logró por primera vez el cinturón nacional de los pesados, al vencer a Fermín Hernández. Nadie consiguió arrebatarle ese título a pesar de las numerosas defensas que hizo. Inolvidables fueron las dos que protagonizó con uno de los grandes de este deporte en España, Alfredo Evangelista, el ‘Lince de Montevideo’, que nunca le pudo tumbar.

Mito y promesa se enfrentaron por primera vez el 14 de julio en Pontevedra. Es uno de los grandes días en la historia del boxeo en la ciudad del Lérez. Evangelista era una leyenda. Dos años antes aguantó los golpes de Muhammad Alí en 1977 y se mantuvo en pie el combate entero; perdió a los puntos. Pocos eran los que apostaban por el de Vilaxoán frente a un rival que necesitaba la victoria para relanzar una carrera que no pasaba por un buen momento tras perder en Bilbao el título europeo ante el italiano Lorenzo Zanon, que meses más tarde se cruzaría en el camino de ‘Pantera’. El enfrentamiento fue declarado nulo después de diez asaltos.

La pelea con Evangelista le valió para poder optar al título europeo. Fue el 10 de octubre de ese año en Turín. Décadas después reconoció que había sido su gran oportunidad, pero le pudo la responsabilidad; le cargó las piernas y cruzó las doce cuerdas atenazado. «Me sentía incapaz de moverlas. Lo hubiera derrotado fácilmente de no ser así», dijo.

Aquella derrota le supuso una gran decepción porque el púgil lombardo no era superior. Algo más de un año después volvió a enfrentarse con Alfredo Evangelista con el título nacional de los pesados en juego. Fue el 2 de enero de 1981 en Palma y el resultado fue el mismo que en la pelea de Pontevedra.

Se repetía la historia porque justo después de un combate con el uruguayo nacionalizado español volvió a optar al cetro continental y lo hacía en Pontevedra, por lo que representaba una extraordinaria oportunidad. En esta ocasión el adversario fue el francés Lucien Rodríguez. El Municipal registró un lleno inolvidable con más de cinco mil personas que aquel 14 de marzo quisieron estar al lado de su ídolo, pero pocos podían imaginarse que acabaría viviendo una de sus noches más negras al morderle la oreja a su rival. Fue un gran escándalo. Meses después se celebró la revancha, también en la ciudad del Lérez, pero en la plaza de toros, donde ‘Pantera’ volvió a perder.

Tenía condiciones para ser campeón de Europa, pero no siempre estuvo bien asesorado en un deporte por el que pululan muchos oportunistas en busca de dinero rápido y fácil. En los años 1983 y 84 Enrique Soria se encarga de su preparación, peleando en Alemania, Dinamarca, Italia y Sudáfrica.

Disputó 38 combates, ganando 25, hizo cinco nulos y perdió en ocho ocasiones. Peleó contra púgiles como Tom Halpern, Albert Sybem, Tony Moore, Terry O´Connor, Alí Lakusta y Alfredo Evangelista. Se retiró del boxeo activo el 8 de agosto de 1987, peleando contra el francés Jean Chanel.

Tras bajarse definitivamente del cuadrilátero trabajó en una compañía de seguridad y en el programa ‘Luar’ de la TVG junto a José Ramón Gayoso, posteriormente regresó a Vilaxoán para trabajar de vigilante jurado en la Cofradía de Pescadores ‘Virxe do Rosario’.

Un tumor cerebral acabó con su vida en el primer día del mes de junio del año 2000. El 8 de abril de ese año el pabellón de Fontecarmoa (Vilagarcía) resultó insuficiente para dar cabida a quienes acudieron a su homenaje, en el que se respiraba una sensación de despedida en el ambiente.

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