miércoles, 21 de noviembre de 2012

Elegidas para el triunfo


CUANDO ALGUIEN tiene un sueño debe luchar por él, aunque parezca muy lejano. En un país con una escasa tradición en deportes de hielo y que no cuenta con ni un sola instalación de bobsleigh pensar en ser olímpica en esa disciplina, inicialmente, se antoja como una locura que roza la utopía para una vecina de Arcade, que junto a una asturiana, forman el primer equipo español de esta disciplina.

El sueño olímpico de Bárbara Iglesias comenzó a tomar cuerpo hace dos semanas cuando se desplazó a la ciudad austriaca de Innsbruck, una de las cunas de los deportes de invierno, para tener su primer contacto con el bobsleigh. Fue una doble experiencia. En la primera semana se dedicaron a subirse por primera vez al vólido y entrenarse, haciendo un total de 20 descensos y en la segunda semana tomaron parte en la prueba de la Copa de Europa, en la que acabaron en el vigésimo puesto.

"Me fui a Asturias desde donde arrancamos para Austria después de que Noemí (Pérez) saliera de trabajar". Tuvo que dejar su puesto de reponedora del Carrefour y todo "en plan locura" irse a vivir una experiencia soñada. Muchas incógnitas por despejar y al mismo tiempo muchas ilusiones. El largo desplazamiento en coche sirvió para que la pontevedresa conociera a su compañera con la que ahora mantiene una buena relación: "Nos llevamos bien".

Se han sentado en un bob, así se llama el ‘vehículo’ que las transporta, por casualidad, pero gran parte de la culpa la tuvo Javier Pintado, el que hace ahora las veces de entrenador. Pintado formaba parte del equipo masculino y quería montar uno femenino, así que se fijo en una chica gallega que es una habitual de las pruebas de carrilanas, donde es una de las referencias junto a su familia. Bárbara practicaba deportes de inercia, hacía ‘Ride bike’ y era piloto. Así comenzó todo, porque tiene muy claro que "estas cosas sólo se te presentan una vez en la vida y dije ¿qué hago? Y aquí estoy", comenta ilusionada.

Ilusión le sobra. Cuando llegaron a Austria, no sabían ni cómo subirse a un bob, sólo habían "entrenado el físico". Lo de ser las primeras mujeres en atreverse a hacer esto es una "gran responsabilidad" para Bárbara que "tiene muchas ganas de hacerlo bien", aunque también sus palabras tienen un poso reivindicativo porque "todavía, no nos llegamos a creer que somos pioneras. Aún nos faltan muchas cosas. Por parte de la Federación no tenemos apoyo. Deberían dar la cara por nosotras. Nos gustaría tener un sitio en España para poder entrenar. Todo está un poco en sus manos y no queremos caer en el olvido", afirma.

Apenas han entrenado una semana y los resultados son bastantes positivos: "A la hora de hacer salidas, nosotras no teníamos ni idea y tardábamos sobre siete segundos en salir a unos 20 km/hora. El resto tarda sobre cinco a unos 30. Era la primera vez que nos subíamos a un bob. Los italianos nos han enseñado ya algunas cosas. Entrenando, de 21 participantes, hemos quedado en el puesto 17, no está mal", recuerda.
 
Entre las anécdotas de los primeros días, cuentan entre risas algunas de las situaciones más graciosas que ya les han sucedido: "La primera vez que nos tiramos por el bob volcamos, pero aunque vuelques tienes que hacer igual el circuito, volcada pero lo tienes que hacer. Llegando al final hay una cuesta hacia arriba. Si vuelcas subes esa cuesta, pero tienes que esperar para bajarte, hasta el punto bajo de frenada, porque si no tu compañera se queda sola en el bob".

Para Bárbara y Noemí todo es nuevo. No disponen de medios y compiten contra equipos con estructuras extraordinarias. "Nos ha resultado muy curioso ver las furgonetas de algunos equipos, como los alemanes, que llegan con una foto enorme de todo el equipo, en una furgoneta nueva y equipada, la nuestra es una de hace 15 años (risas)".

En Austria estuvieron rodeadas de profesionales que no entienden porque llevan el nombre de España: "Lo que más nos dicen es por qué nos llamamos España si no tenemos el respaldo de la Federación española". Entre los planes de futuro de Bárbara y Noemí está "que la Federación responda, que entremos en sus planes y que nos respalde". Ambas quieren lo mismo: "Tenemos que seguir adelante como podamos, sabemos que a veces tendremos que renunciar a algunas carreras aunque nos gustaría ir a las que siguen y llegar a los Juegos. Nuestro sueño es ir a una cita olímpica", aseguran.

Para Bárbara esta experiencia "es una locura" que espera "que de frutos positivos". Comienza una larga y dura carrera que está llena de obstáculos, pero con ilusión y esfuerzo tratarán de superarlos.

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