lunes, 20 de agosto de 2012

Pequeños tesoros

Las hazañas de Michael Phelps o las de Usain Bolt poco les importa porque ellos, los coleccionistas, no entrarán en ninguna instalación deportiva. Su tarea está fuera del parque olímpico, en las inmediaciones de las diferentes puertas dependiendo de cual sea el objetivo.
Ellos son los coleccionistas de pins o mejor dicho, de joyas. Para muchos son una chapa metálica decorada en mayor o menor medida. Sin embargo para ellos es el argumento principal de un hobbie. En estos Juegos de la XXX Olimpiada hay casi medio centenar procedentes de países de todos los continentes, la mayoría de ellos están en los aledaños de la zona de acceso de la prensa porque «es donde hay la posibilidad de más intercambio. Los periodistas son los que tienen pins», asegura Frederic Garriga.

La colocación también es importante. En Londres hay dos lugares estratégicos. Uno de ellos es al lado de la estación internacional de trenes de Stratford porque por allí pasan los periodistas y también los deportistas. Los coleccionistas de pins relacionados con los patrocinadores están en el otro extremo del Parque Olímpico, en concreto cerca de la entrada principal.

Frederic Garriga es un barcelonés que en la capital británica está viviendo su novena cita olímpica porque ha estado en todas las de verano desde Barcelona 92 (Atlanta, Sidney, Atenas y Pekín) y en cuatro de invierno. Fue en su ciudad natal donde descubrió esta pasión, que le ha llevado a recorrer el mundo, en ocasiones, como en la actual, acompañado por su mujer. «Yo coleccionaba antes monedas, sellos… y en los Juegos del 92 descubrí los pins y me apasionaron». Así comenzó un hobbie que le ha hecho descubrir ciudades.

Entre los coleccionistas los objetivos son diferentes. No buscan todos los pins, sino que se reparten por categorías. «Yo persigo los relacionados con comités olímpicos y medios de información», explica Antonio Papió, un andorrano que durante muchos años vivió en la ciudad Condal. La selección se debe a «que no puedes centrarte en todo, porque no harías una buena colección», explica para hacer hincapié en que «en mi caso trato de hacer una buena colección, que no tiene porque tener relación con la cantidad».

Existe de todo, pero la mayoría de los coleccionistas buscan la especialización. «Es más importante la calidad que la cantidad», comenta Frederic. «Yo no tengo ningún problema en dar un elevado número por uno en concreto. Siempre buscas uno muy especial; uno determinado, que te cueste conseguirlo».

¿Cuál es el deseado? La respuesta es unánime por parte de todos. «El que no tienes», pero después del comentario contundente la explicación es más concreta: «Hay pins que sabes que son muy difíciles. En mi caso, que busco de comités, aquellos de los países que traen pocos deportistas porque significa que tienen pocos, por lo tanto hay una mayor complejidad a la hora de conseguirlos», comenta Papió mientras atiende a las personas que se acercan hasta su pequeño puesto, que consiste en una serie de láminas expuestas en la acera.

Muchos de los que se aproximan son curiosos y otros que cambian por cambiar, pero también hay la complicidad. «Existen personas que te ven un día, que hablan contigo y después se acercan a junto tuya para traer algunos pins que han conseguido», explica Pablo que es un madrileño que hace unos años se introdujo en esta pasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario